15 de diciembre de 2008

MOVIMIENTO ECOLOGISTA (En el Mundo y en México)

HISTORIA Y DESARROLLO DEL MOVIMIENTO ECOLOGISTA A NIVEL MUNDIAL Y EN MEXICO
El movimiento ecologista (algunas veces llamado movimiento verde o ambientalista) es un variado movimiento político, social y global, que defiende la protección medio ambiente para satisfacer una necesidad humana, incluyendo necesidades espirituales y sociales. En esos términos, los ecologistas hacen una crítica social más o menos implícita, proponiendo la necesidad de reformas legales y concienciación social tanto en gobiernos, como en empresas y colectivos sociales. El movimiento ecologista está unido con un compromiso para mantener la salud del ser humano en equilibrio con los ecosistemas naturales, se considera la Humanidad como una parte de la Naturaleza y no algo separada de ella.

El Movimiento Ecologista tiene tres raíces principales: conservación y regeneración de los recursos naturales, preservación de la vida salvaje y el movimiento para reducir la contaminación y mejorar la vida urbana.

El movimiento ecologista se expresó de forma más apasionada en la cúspide de la era industrial: cerca del tercer cuarto del siglo XX. Los "clásicos" ecologistas modernos empezaron en ese periodo con el trabajo de Rachel Carson que proveyó el primer toque de rebato sobre la llegada de la muerte del planeta debido a la actividad humana.

Durante los años 50, 60, y 70, ocurrieron varios eventos que avivaron la conciencia medioambiental del daño al entorno causado por el hombre. En 1954, los 23 hombres de la tripulación del buque pesquero Lucky Dragon fueron expuestos a un escape radioactivo de una prueba de bomba de hidrógeno en Bikini Atoll; en 1969, un vertido en una excavación petrolífera en el Canal de Santa Bárbara de California; la protesta de Barry Commoner contra los ensayos nucleares, el libro «Silent Spring» (Primavera Silenciosa) de Rachel Carson así como "The Population Bomb" (La bomba demográfica) de Paul R. Ehrlich. Todo esto añadió ansiedad sobre el medio ambiente. Además, las fotografías de la Tierra desde el espacio subrayaban que el planeta era pequeño y frágil.

El movimiento ecologista inicial se centraba fuertemente en la reducción de la polución para la protección de las existencias básicas de agua y aire. Las presiones de desarrollo en rápida expansión también acuciaron considerables esfuerzos para preservar territorios únicos y hábitats de vida salvaje, para proteger las especies en peligro de extinción antes de que desapareciesen. En los Estados Unidos, durante la década de 1970 se aprobaron leyes como el Clean Water Act, Clean Air Act, Endangered Species Act y National Environmental Policy Act (Decreto Ley de Agua Limpia, Decreto Ley de Aire Limpio, Decreto Ley de Especie en Peligro de Extinción, y Decreto Ley de Política Medioambiental Nacional, respectivamente), las cuales han sido las cimientos para los estándares medioambientales desde entonces.
Gracias al movimiento ecologista la conciencia pública y las ciencias del medioambiente han mejorado en los últimos años. Las preocupaciones medioambientales se han ampliado incluyendo conceptos como la "sostenibilidad", el agujero de ozono, el cambio climático, la lluvia ácida, y la polución biogenética.

La mayoría de los ecologistas tienen objetivos similares aunque frecuentemente no están de acuerdo en los detalles como el énfasis, las prioridades o la forma de actuar.

Los movimientos ecologistas a menudo interaccionan o están ligados con otros movimientos sociales con puntos de vista morales parecidos, p.e. la paz, los derechos humanos, y los derechos de los animales; contra las armas nucleares, y/o la energía nuclear, las enfermedades endémicas, la pobreza, el hambre, etc.

HISTORIA DEL MOVIMIENTO ECOLOGISTA EN MEXICO

En México, a contracorriente de una sociedad acostumbrada a organizarse de otras formas, desde mediados de los ochenta, independientes políticamente, sin bandera religiosa y sin conflicto ideológico izquierda - derecha, los ecologistas encontraron interlocución con los medios de comunicación y lograron llevar sus propuestas e ideas a nivel nacional e internacional, con una importante participación en la Cumbre de la Tierra organizada en Río de Janeiro en 1992.

Sin embargo, aquel movimiento ambientalista de 1984 que hacía una crítica de fondo al modelo de desarrollo vigente al tiempo en que salía a las calles de la Ciudad de México para manifestarse en contra de la construcción de la Planta Nuclear de Laguna Verde, está muy lejos de ser y de parecerse al movimiento ambientalista actual, cuyo único rasgo característico es su diversidad de luchas y formas de actuación, y el cual ha pasado de ser denunciativo, a participar activamente en las soluciones y propuestas.

Los asuntos ambientales han adquirido tal complejidad, que los grupos ambientalistas se parecen poco entre sí, encontrando sus causas particulares en problemas tan diversos como la contaminación del aire, del agua, del suelo, la erosión, el manejo de residuos peligrosos y desechos sólidos, los impactos ambientales, el ordenamiento ecológico del territorio, el manejo de áreas naturales protegidas, la defensa de especies amenazadas o en peligro de extinción, la legislación ambiental, la educación ambiental, el derecho a la información, el cambio climático, las ecotecnologías, energías alternativas, agricultura orgánica, transgénicos, etc.

Y no solo existe una diversidad de "subcausas", sino de formas de tramitarlas, que van desde la organización de grupos comunitarios organizados en torno a problemas ambientales concretos, hasta formación de instituciones y fundaciones que desarrollan proyectos específicos en su mayoría con financiamiento internacional, organizaciones de carácter científico, de consultoría, educativas, etc.... algunas también consideradas como grupos ambientalistas.

Esta variedad de temas y métodos ha dividido al movimiento en conservacionistas, dedicados a la protección de la biodiversidad y de los ecosistemas, acotando su actuación a los temas "verdes" (recursos naturales); y ambientalistas, quienes en la búsqueda de un desarrollo sustentable incorporan temas "cafés" o "grises" a sus agendas de trabajo (emisiones contaminantes), pero también dimensionan sus acciones abordando la componente social del problema (pobreza, economía, comercio). Existen también quienes separadamente denominan ecologistas a aquellos activistas que defienden la causa poniendo en práctica un sistema de vida saludable, de alimentación orgánica, deporte, contacto con la naturaleza y mezclando su acción con asuntos místicos.

En este contexto, a partir de la Cumbre de la Tierra en 1992 se crea la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnap), como la iniciativa gubernamental más importante para elevar el rango del tema ambiental en el Poder Ejecutivo. Durante el presente sexenio, la Semarnap ha representando no solo un avance en la gestión ambiental de nuestro país, sino que ha constituido un reto importante para el movimiento ambientalista. Por un lado, la Secretaría convocó a muchos cuadros que venían trabajando desde la sociedad civil y sin duda alguna incorporó en su agenda de trabajo muchas causas por las que venían pugnando los ecologistas, dejando incluso a algunos de ellos sin causa. Por otro, se abrieron espacios de participación ciudadana como Consejos Consultivos y leyes que invocan a la intervención de las comunidades en la toma de decisiones, lo cual modificó las formas de actuación dentro del sector entre el gobierno y la sociedad civil organizada.

El avance de la gestión ambiental en los últimos 6 años es incuestionable, sobre todo en los temas "verdes". La comunidad de conservacionistas en México ha participado activamente en este proceso y también ha sido beneficiaria del enorme peso que ha tenido su causa en el gobierno saliente.

No obstante, la atención de temas "grises" ha estado rezagada, la administración ambiental está centralizada y el diseño institucional del gobierno federal ha sido cuestionado. Por un lado, existen dos posiciones respecto al diseño institucional de la dependencia federal para la atención de los asuntos ambientales: la del G-25 (grupo de 25 especialistas ambientales de los sectores social, privado, académico y gubernamental) cuya propuesta es la creación de una nueva Secretaría de Medio Ambiente y de un Gabinete de Desarrollo Sustentable, y la de la actual administración que aboga por continuar con la estructura de Semarnap como está.

La propuesta del G-25 está basada en el hecho de que más del 80% del presupuesto asignado a la Semarnap no se aplica estrictamente a asuntos ambientales, en el argumento de que la actual estructura es juez y parte en asuntos ambientales donde únicamente tendría que asumir una misión de protección y conservación (forestal, pesca, agua) y finalmente en el hecho de que los sectores ambientales mejores regulados no son los que están integrados de manera un tanto forzada en la jurisdicción de la Secretaría (forestal, agua, pesca) sino fuera de ella (industria), y que bajo ese criterio la Secretaría también podría incorporar los temas sobre energía, minería, agricultura, ganadería, desarrollo social, y una lista infinita de sectores relacionados pero no directamente ambientales.

Por su parte, la actual administración argumenta que la construcción una institución como Semarnap ha representado un esfuerzo muy importante para el sector, y que lo que se necesita es consolidar los programas iniciados y fortalecer institucionalmente a la Secretaría. Incluso han calificado a la propuesta del G-25 como el "desmantelamiento" de la Secretaría, cuando ciertamente está muy lejos de serlo, pero representa el sentir de un equipo que se comprometió con el diseño vigente y lo sacó adelante.

La comunidad de ambientalistas enfrenta desafíos importantes ante el cambio de gobierno. Primero, el de evaluar la gestión ambiental actual, y respaldar alguna de las dos alternativas, o bien crear una tercera haciendo un análisis concienzudo de lo que ha funcionado y lo que no. En este aspecto, es indispensable también la participación activa de los grupos para promover un proceso serio de descentralización que permita a los gobiernos locales hacerse cargo de problemas ambientales que afectan de manera directa a los municipios y estados.

En segundo lugar, requiere de encontrar espacios para tramitar la demanda ambiental de manera digna, ya que la causa se ha visto invadida por el oportunismo y la incompetencia de algunos grupos con fuertes alcances en la opinión pública, como el Partido Verde Ecologista de México, cuyo líder nacional Jorge González Torres (quien fuera funcionario de la Secretaría de Gobernación y Presidente del PRI en el Distrito 22 del DF) con el apoyo del propio sistema que acostumbraba crear partidos paraestatales para dividir el voto de la oposición, logró registrarlo como partido político en 1992. El PVEM no ha sido polémico únicamente por el autoritarismo de su dirigente y por ser un negocio familiar, sino por no haber contado nunca con el apoyo del movimiento ambientalista genuino de México, a pesar de comprar -literalmente- algunos simpatizantes. Usurpando la causa ambiental y haciendo gala de una ignorancia inaudita del tema, el PVEM capta algunos sectores sociales que se han dado por bien servidos con la existencia de un partido "verde" y se han conformado con votar por la opción en lugar de participar activa y seriamente.

Por último, el movimiento ambientalista ha dejado de ser un movimiento de demandas y reclamos para ser parte de las soluciones y de las propuestas. Esto representa un enorme avance y también implica retos institucionales importantes: requiere profesionalizar sus cuadros para ser competitivo en el interior de la comunidad ambientalista y ante otras causas; desarrollarse democráticamente en sus dirigencias; relacionarse más fuertemente con las comunidades arraigadas para comprometer cada vez a más personas con la causa ambiental; y participar activamente con el gobierno en la gestión ambiental, de una manera crítica pero tolerante y respetuosa, y al mismo tiempo luchando por formas de relación no corporativas entre el gobierno y la sociedad civil, que le permitan a los ambientalistas constituirse como grupos con espacios propios con capacidad de relacionarse con los gobiernos sin pasar a formar parte de ellos.

Enviado por: Alan Karim Sanchez Mendez

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Está muy bien copiar y pegar de la wikipedia.

Anónimo dijo...

Es que es profesor jajajaj como no va a copiar y pegar nada mas de wikipedia, existen artículos científicos hay que leer y estudiar mas.